
Hubo unas palabras entre ellos para repartir la posición y el espacio, e inmediatamente intentaron formar un binomio, un equipo de dos que estirando su mano sobre los hombros del otro,cerraron.
Ambos hacían gala de los años que tenían y estaban orgullosos de pertenecer a la misma "quinta".
Resulta que estos dos hombres se conocen toda la vida, han compartido la escuela ,una guerra en el mismo bando o en ninguno, las hambrunas que ya muy pocos pueden contar de esa locura nacional, compartieron la mili,que fue muy imporetante para ellos...pero se respiraba entre ellos una amistad perenne renovadora y permanente, con la única condición de mantenerse vivo parsa disfrutsarla todo lo posible.
La mirada de complicidad lo dice todo.
Dos hombres de vida sencilla.
Y me pregunto: ¿Necesitsamos de tanto "ruido" para vivir?